miércoles, 27 de noviembre de 2019

Peluquería y terapia

Holi holi! 
Al final hoy he salido de casa, por la mañana. Desde la recaída del pasado martes me vuelve a costar bastante salir a la calle. Pero este sábado asisto a un acontecimiento casi familiar y quería cortarme el pelo.
Mi peluquera, además de cortarme el pelo maravillosamente bien, es una de las personas que no pertenecen a mi círculo íntimo,  con las que más me río. 

Katya

Así me siento cuando salgo de la pelu.
Es muy muy divertida, de manera natural, sin esforzarse y sales de allí con las pilas cargadas. A veces te atiende y corta el pelo mientras ella aún lleva algún rulo de algo que estaba haciéndose en su cabello, y eso me encanta.
Además de todo esto que os explico, convive desde hace muchos años con la enfermedad mental. Uno de sus parientes sufre de este mal prácticamente toda la vida. Mi peluquera está totalmente familiarizada con cualquier cosa que yo le pueda contar de cómo me siento ahora y lo mejor es que no me trata distinto. Me sigue atendiendo como siempre, que para nosotros, como enfermos es muy importante, para no convertir la situación en algo más raro aún. 
A veces simplemente me desahogo contándole cosas, otras ella me habla de sus experiencias con el tema, nos reímos, nos desahogamos. Y desde el primer momento siempre me ha dado el mismo consejo: pide ayuda, no te calles lo que sientes, no te dejes llevar por los pensamientos negativos.

El caso es que ir a verla siempre me alegra el día,  además es una pelu de barrio, de mi barrio, del de toda la vida. 


Me apetecía contaros esto. Debe ser que cada vez me siento más familiar y relajado con mis Puntillers, como estar de acampada de las Girls Scout y hablar de chicos, sujetadores con relleno, que mascarilla es la mejor, Martini blanco o rojo, ... esas  osas que te hacen sentir entre amigas.

Girlpower

Amad mucho, mirad a los ojos, abrazad mucho y decid te quiero a la gente que os apetezca decírselo,  que da muy buena energía y pone calentito el corazón (subidita de azúcar, subidita de azúcar.  Debe ser el turrón de pistacho que he comido de postre)

Os adoroooooooooooooooooooooooooooooooooooo!

2 comentarios:

  1. ¡Es que como en la peluquería no se habla en ningún sitio! Yo voy a una peluquería unisex y es entrar en ella y asomar el Maruja cotilla que llevo dentro y no volver a guardarlo hasta que salgo por la puerta, en una media hora mi peluquero y yo "despellejamos" a más de un@, y, si además hay más gente (a la hora que suelo ir solo habemos heteros que acabamos de trabajar) ¡Ríete tú del Sálvame! ¡Vivan las peluquerías! ¡Ah! Y¡viva tú por los cojines que le estás echando a tu tema!����������

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    Respuestas
    1. Desde luego! Es el sitio ideal para relajarse y dar rienda suelta a la sin hueso. Y lo bien que se siente uno al salir.

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